Desde un principio lo sabía, desde el primer instante lo deducía. Supe desde la primera vez que te miré con otros ojos que todo sería una estupidez. No quería admitirme-lo ni a mi misma, me engañaba, pero en ningún momento dejé de saber a lo que me afrontaba. Sabía que nunca habría un “nosotros”, y que mis sueños poco a poco se derrumbarían, sabía que cuando te veía tu no sentías lo mismo que yo al verme, también sabía que al final me dolería; y aquí estoy, atrapada en el pasado, recordando tu rostro, tus ojos miel, esas pecas sobre la nariz, tu dulce sonrisa, y todas tus características que me vuelven loca, que te hacen especial. Recuerdo haber tocado tu fría mano un día caluroso mientras cogías mi llave del suelo, recuerdo cuando aún comías en el instituto y me mirabas de reojo, y yo me moría. Recuerdo también el sonido de tus zapatos al caminar ( lo que hace que ahora siempre sepa cuando estás cerca..) , y sobretodo, recuerdo la cara que ponías durante el invierno a las mañanas mientras esperábamos el autobús, ésa cara cómo de tristeza, de ausencia.
Palabras en mi cabeza que no se borran, imágenes que no se van. Ya son más de 7 meses, que aún que parezcan pocos, han sido largos, y duros. Por que era yo la que por las noches lloraba con todas mis fuerzas, era yo la que me despertaba por las mañanas diciendo tu nombre, y anhelando verte. Era yo la que durante todo el día pensaba en ti, tanto, que me salía tu nombre en los momentos menos esperados, y me hacía callar, y sentirme perdida, fuera de mi. Era yo la que soñaba contigo de día y de noche..

Ooh, estás en mis venas y no te puedo quitar.. 

(Nunca pensé que escribiría estas cosas tan cursis, pero todo esto puede conmigo.)